Con una alegría infinita, e ilusión acumuladas meses atrás; soñando con tener una actividad de acampada de verano, nos fuimos las Guildas hermanas Jabalí y Mainake, malagueñas; a los territorios granadinos de AGAE (AISG de Granada), invitados por nuestro presidente Nacional y Regional Antonio Lillo. En Valle Scout, en la reserva montañosa del poblado de Restábal.
Allí pues, nos dirigimos en dos expediciones, las dos guildas, que por motivos de no trabajo una , salió el sábado dia 28 de Junio de 2014, a las doce de la mañana, compuesta por: Consuelo Apalategui (Hormiga Laboriosa), Cristina Apalategui (Abeja Soñadora), Aemilius Jimenez (el Pato de Málaga), y un servidor Manolo Sánchez (Halcón de Entresierras).
La otra salió por motivos de trabajo, después de comer, y estaba compuesta por: Sonia Hidalgo de los Rios (Nutria Cosechera),su esposo, Juan Cristóbal de Haro (Oso Tímido), su preciosa hija, y mi ahijada de tótem, Marina de Haro (Ardilla Voladora de Entresierras), José Francisco Suárez (Gran Oso), el inefable Pepe Ramón (Cometa Ceniciento), Rocio de la Pampa, y nuestro querido, y nunca bien ponderado Fernando ( que tiene de nombre tótem un erizo austral del que nunca me acuerdo); y por el lado granaíno, sólo citaré los nombres que me acuerde, y ya vosotros los completaréis, pues ésta crónica es de todos los indios, y cualquiera puede meter sus hocicos y así completarla y hacerla aún más latosa si cabe.
El camino trascurrió dulcemente y lentamente (pues mi «flagoneta» después de diecinueve años al servicio de la Monarquía, no dá para más). Y digo dulcemente, pues iba en compañía de mi hermanita Consuelo (también llamada Moni desde la infancia), criatura con la que me he criado desde pequeñín, y que junto a sus hermanos han sido mi otra familia siempre.
Bueno pues entre anécdotas, parloteo incesante,chistes etc. y acompañados del Walky Talky, con el que nos comunicábamos con Cristina y con Pato, que iban en el otro coche, llegamos a Restábal y paramos en un albergue-retaurante, llamado los Naranjos (que recomendamos). Allí conocimos a la lindísima Toñi, y su gallardo esposo Antonio Lillo, que después de hacerse cargo de una gigantesca tarta que llevábamos para el cumpleaños de Kiki, (una palmera de chocolate), regalo de su Nutria y de su Ardilla, y que si no nos auxilia Lillo, la palmera hubiera quedado hecha unos zorros, tal era el calino que en aquélla reserva había.
Después de tomar un piscolabis compuesto de unas migas cortijeras, un bacalao rebozado con ajoperejil, y un «pudding» de morcilla granaína con piñones (no me digáis que no tiene gracia lo de asociar la palabra pudding a la palabra morcilla). Éstos indios de Restábal son únicos.
Pues bien, después de todos éstos manjares, nos dirijimos a Valle Scout, subimos por una cuesta muy agradable, que hacía piafar a mi flagoneta, que me decía…¡¡Manolo donde me has traido!!..
Así llegamos a un sitio, a mi parecer precioso, lleno de pinos y cabañas unas de mampostería y otras de madera, y que el Ayuntamiento de Restábal, gentilmente ha cedido a los Scouts, para su mantenimiento, conservación y uso; no sólo para nuestro mundo escultista, sino para que acampe cualquier asociación juvenil, con la única condición que se le dé un buen uso. Así lo entendí yo y si no me lo corregís.
La finalidad de la acampada scout, no era otra que aparte de hermanarnos aún más si cabe, con AGAE AISG GRANÁ, ayudar en las labores de arreglos del vallado, limpieza de la piscina, etc. cosa a la que contribuímos todos, con gran alegría, y con el espíritu scout de bromear, de contar anécdotas etc.
Cuando llegamos instalamos las tiendas, después de una «recomida», a la que habíamos sido invitados, pero que dado la inflazón de la morcilla y el bacalao, sólo aceptamos por educación unas jugosas cerezas. Después nos pusimos a montar las tiendas.
La tienda del Fernando era como para «descorazonarse» (¡Huy!) de la risa, parecía un paracaídas, y a cada momento amenazaba con llevarse por los aires, hacia la infinitud del Valle a Fernando y a su Dulcinea.
Después, montamos la de Pato, una Quechúa que solo le faltaba el televisor, con la gitana en lo alto y la vitrina con la vajilla y la cristalería. Pero según me explicó después, era un regalo que le iba a hacer a su hija y a sus nietos. Y esto explicaba el alarde de habitaciones.
Más tarde nuestras guildas montaron las banderas en un mástil, que para ser de lo más scout, era uno de los preciosos pinos que allí había. Era gracioso ver al Pato en lo alto de las escaleras, lanzando una piedra atada a la driza. Alguien comentó que una furgoneta que allí había iba a quedar muy scout por los «bollos». El joío del Pato lo logró, y es que a cabezón no le gana nadie.
Después de comer nos pusimos a cantar canciones de un cantoral scout, con su popurrí de canciones, y que nuestras féminas, las indias malagueñas y granaínas bordaban con sus voces.
Por la noche después de la cena, y de degustar una leche de pantera, (bebida legionaria, que no tiene que ver con los scouts) pero que yo tuve el gusto de invitar a ver si la pongo de moda, pero sólo después de ordeñar a la pantera, y que no lleve alcohol. Pues los scouts no bebemos alcohol. La verdad es que éstos veteranos se despacharon dos botellas, sin decir ni mú. pero parece que les gustó.
Al día siguiente Domingo, nos levantamos tempranito, y el Pato de Málaga y un servidor Halcón de Entresierras, fuimos con la guitarra y un bombo a cantarles» Las Mañanitas»a las féminas. No volaron zapatos y vacines, porque Lillo las contuvo, pero ganas no les faltaron. Después durante la mañana Trabajo Serio de Campo Scout, es decir carretillas de hormigón, palas, palustres, cepillos de limpiar piscinas, recolección de ranas para llevarlas al Generalife. Allí trabajó cada quisque, y debo decir con orgullo que es una alegría que éste Valle Scout, lleve al menos unas gotitas de suó (sudor) Malagueño.
Después la lindísima Cristina y un servidor, ayudados por la simpar Sonia, Consuelo, y algunas otras voluntarias hicimos una gran paella magna, que parece que gustó.
Más tarde después de una sobremesa de cantos, y de arriar las banderas, (la Guilda Mainake estrenaba banderín, compuesto de un triangulo verde festoneado de amarillo. los colores de B.P. y un ojo de la jábega por un lado y una jábega por otro). Cantamos la Canción de la Despedida. Tocamos el cuerno de kudu de Baden Powell y nos despedimos con un ¡Hasta luego! (mejor decid que adiós).
Epílogo: Quiero destacar lo maravillosas que son nuestras hermanas granaínas; qué bien cantan, qué detalles continuos han tenido con nosotros, así como nuestros hermanos, el Gran Jefe Lillo, Javier, el magnifico alarife Juan, (que es un artista, y que si fuera más joven, me iba a trabajar de albañil con él) y todos y cada uno de ellos, hasta los perros que asustaban a Moni.
Ha sido una experiencia maravillosa, que pienso repetir, y que me hace dueño, junto a todos vosotros de ése puntito Scout que es Valle Scout.
Manuel Sánchez Gil-Strauch. Halcón de Entresierras